Cultivo las letras inspirado por la belleza y en ellas me sumerjo para buscarte; desde allí te hablo con la certeza de no resultar inmune a tu corazón que se acompasa con mi latir trayéndote hasta mí. Grita fuerte para que oiga tu pensar, piensa intenso para que escuche tu sentir.
Soy palabra para llegar hasta ti
desde mi ser si intentas comprender lo que escribo no verás nada de lo que en
realidad te digo, abandona el intelecto, siente lo que lees y escríbete conmigo.
Conocerse bien implica vivirse:
sorprenderse a si mismo sin intentar comprender el mecanismo, dejarse hacer
cuando lo pida tu ser, huir de cualquier convencionalismo, darle al amor rienda
suelta, tirar las llaves de tu puerta y mantenerla siempre abierta a lo que
pueda suceder.
La primera noche infinita deslee el color del alba destiñendo un amanecer
que quiso ser blanco, no hizo falta lluvia para nublar mis ojos ni tristeza
para llorarle al día que nunca fue nato.
El sentimiento no tiene rostro ni se puede descifrar matemáticamente con
números racionales puesto que carece de fronteras, puede ser absoluto, siempre
es único, se ha de compartir con el mundo para contrarrestar lo tangible e
incentivar la expresión que lo comunica… dar para quedarse vacío y volverse a llenar,
con una simple brisa.