Cultivo las letras inspirado por la belleza y en ellas me sumerjo para buscarte; desde allí te hablo con la certeza de no resultar inmune a tu corazón que se acompasa con mi latir trayéndote hasta mí. Grita fuerte para que oiga tu pensar, piensa intenso para que escuche tu sentir.



viernes, 21 de noviembre de 2014

Dolor


El dolor de la libertad nace donde se asientan los prejuicios, en ese estado mental vestido de artificio, en el no dejarse llevar por si algún dios te ve actuar y te convierte en tu castigo, en no saber quién eres, qué haces aquí, de dónde has venido… aun así se me antoja más placentero que cualquier tipo de esclavitud enterrada en azúcar, refinada como el vicio, debo ser un masoquista con el dolor confundido…

© jcs

martes, 18 de noviembre de 2014

Limbo


Quizá no necesite un limbo para escribir y lo pueda hacer dejando el sentimiento al lado, en estado de reposo, ausente pero atento a lo que hago, sin llegar a abandonarlo pues perecería de repente; si no pudiera volver a sentir me convertiría en otro ser inanimado más, seco y duro, un compacto de vísceras petrificadas, exentas de pasión, impermeables a las lágrimas de la vida.

© jcs

domingo, 16 de noviembre de 2014

Sin centro


Pretender ser el eje de la excentricidad en un mundo asimétrico produce cojera en el pensamiento, tartamudez en la vista y un dolor invisible y seco que como el frío polar te congela el alma mientras el sol quema en exceso…

© jcs

sábado, 15 de noviembre de 2014

La sombra


Cuando dejas que te mancille la sombra de la duda, te acompleja la vida y quieres empequeñecer para ser nada porque la nada no duele, duele la inexistencia de lo que pudiera ser, el puro inconformismo al que condena el deseo de una razón que razona…  

© jcs

Anónimo


Dejo una carta que ha llegado hasta mí envuelta en el anonimato…

Carta de despedida, que en realidad es un encuentro.
Un encuentro con mi sombra y con mi luz.

Quiero guardar en terciopelo los dulces recuerdos, maquillar el llanto, tragarme la saliva de la rabia, guardar como una estampa en mi memoria la imagen de lo más apasionado, y no olvidar, porque me niego, que un día fuimos ángeles y demonios enredados.

Colonizaste mi tiempo, mi mente y mi corazón, cuando en realidad no tenía espacio para ti.

Solicité ficticio un compromiso y me frustré de forma real ante la negación.
En nombre del amor, me enojé y solicité más espacio y atención.
Ego tirano!!
¡Cuanta confusión, dolor y engaño!

Despedirme de ti con gratitud, deseo.
Despedirme de ti con gratitud por la lección.
Que un aroma dulce disfrace esta agonía.
Si era amor auténtico ¡no sé!  "Lo hemos enterrado vivo" dijiste certero. 
Si, lo hemos enterrado.
Es tiempo de morir y perdonar.
Porque sólo aquello que muere y perdona puede renovarse.

(anónimo.)