Nunca aprendiste a caminar
por más que corrieras
ni aprendiste a ver,
aún con los ojos ahítos
de tanto mirar,
los besos que diste
sin saber besar
fueros tan vanos
como tu vacío hablar
y tu vida se muere,
toca a su fin
.
.
.
sin haber vivido
te van a sepultar.
© Juan Carlos Saceda
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