Lo peligroso de las ilusiones es
que se enquisten en la intemporalidad atrofiando el estado metamórfico que las
libera en el espacio, convirtiéndose así, en la eterna posibilidad de lo nunca
nato, en la crisálida de deseos insatisfechos que enceguecen la luz… de tus
ojos los rayos.
© Juan Carlos Saceda
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