Nada de lo que en esta vida
he conseguido
me ha satisfecho en la medida
que habría querido…
Los fantasmas de las ilusiones
enturbian el horizonte con quimeras ancladas en la capacidad de razonamiento, y
ahí es donde habita el problema, en la insaciable infinitud de la mente y el
pensamiento permanentemente anclados en un cuerpo degradable por el tiempo.
Una ilusión conseguida
ya no es una ilusión,
perdió su vida,
la ilusión ha muerto.
© jcs
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