Procurando no dejarse arrastrar
hacia las fauces de un individualismo egocéntrico y escéptico, vivía en el
rincón más pequeño imaginable de su propio mundo , auto contemplando su ser, mirándose
dentro, dejándose llevar por las sensaciones, siendo uno con ellas, frio,
calor, tristeza, alegría, puro aroma del deseo… de ser vida.
© jcs
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