Ante la evidencia deslumbrante de tu piel desnuda
perdí el control de mi deseo, las ordenes las dictabas tú yo obedecía como un
poseso y me dejaba poseer sin soltar tu cuerpo y sin parar de renacer en tu
boca y en tu sexo… adoro tu sudor, me encanta su sabor cuando te moja el cuello.
© jcs
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