Hay momentos
en los que se me cae
el alma a los pies
y me siento hueco,
huero,
vacío
y no duele el amputar,
duele lo que no hay,
duele la nada,
duele el sin mundo
y el hablar
y el callar
y el gentío,
y la más oscura soledad
y la luz clara
que alumbra el camino,
pero queda respirar
beber palabras
fluir los vientos
ser el rio.
© Juan Carlos Saceda
Juan Carlos,tu nunca puedes estar vacío con tanta riqueza de palabras y sentimientos.
ResponderEliminarAna
Un abrazo ana... Muchas gracias por tus palabras!
EliminarSí. Hay momentos que ya ni duelen... como en un aturdidor estruendo que nos desintegra... Por que ha dolor que cauteriza, y ya el alma pierde capacidad de sentir... Sin embargo, de la aridez creada por el estallido, suele brotar nuevamente, la rebelde gramilla de la esperanza.
ResponderEliminarUn gusto haber pasado por este blog, Alque me he añadido.
Un abrazo.
Juan.
Sin esa gramilla rebelde estaríamos perdidos Juan Carlos... Muchas gracias y encantado de tenerte por aquí... Un abrazo!
Eliminar