Tan cerca estuve
de rozarte
que erizado el vello
mirabas mi ausencia
y una sonrisa
cruzaba el velo
de los labios del viento
que te me acerca,
pura concupiscencia
y deseo carnal
fresca y sensual
bajo la luna llena,
genial abrigo
de sutil evanescencia,
negra de tanta luz
ciega de tu belleza.
© Juan Carlos Saceda
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