En esta extemporaneidad
en la que vivimos
tú sabes que existes
y que yo existo,
que existimos
…
no hay tregua
porque no hay desaliento,
no hay descanso
porque no hay camino,
sólo podemos
estar,
ser,
vivir,
sin medida disfrutar
de cada nuevo amanecer
después de juntos dormir
y juntos soñar
desde el anochecer
hasta que el sol vuelva a salir,
y el día comenzar
y en su reverdecer,
existiendo seguir.
© Juan Carlos Saceda
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