Hay momentos
en los que el mundo se para, nadie se da cuenta, todo parece seguir igual pero
yo veo esa estática del movimiento que no avanza, como un descuento de la vida
sin vivir que me regala el tiempo haciéndome invisible en la abstracción del
universo llevándome al pasado hasta una hora menos… a las tres son las dos,
cambio de hora, surrealismo perfecto…
© Juan Carlos Saceda
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