Que pocos quedan de los que fueron una vez, a veces pienso que
nunca existieron, que eran un simple disfraz, una búsqueda sin meta, una
ilusión gestada en la necesidad, un
cuarteto de jazz sin trompeta, una tortilla sin cuajar, unas nubes sin tormenta,
un amante que no te sabe amar y te mantiene insatisfecha, un cliché, un
chillido, una ventana con una verja, agonía, ansiedad, kilómetros y kilómetros
de carretera, un pensamiento existencial, una invisible presencia…
A veces pienso que eres lo único real y entonces me da igual,
quien se va y quien se queda.
© jcs
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