En el exiguo margen de mi día a día puedo hasta vivir otra vida pero no
puedo morir si ya estoy muerto, nací difunto, que ironía… y yo empeñándome en
comprar y en ahorrar y en buscarme dioses y en encadenarme a un mundo de
fantasía… dueño de aquello que se adueña de mí, poseso de mi posesión, esclavo
de cualquier cosa que sea mía…
© Juan Carlos Saceda
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