Nacía una
sonrisa
en cada
mirada
para
quitarle fuerza a la pasión,
y aflojar
la tensión
haciendo
como si nada,
vana
ilusión:
sostener
el fuego
sin
quemarse,
respirar
dentro del agua
sin
ahogarse,
evitar lo
inevitable
cuando no
puede pararse
y teniendo
tus labios cerca,
estar más
de un segundo
sin
besarse.
© Juan Carlos Saceda
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