Hay que dejar brotar la belleza, zambullirse entre la densa niebla que la
oculta tras su artificio y aprender a mirar realidades, como el azul que tapan
las nubes de una tormenta, o una idea soterrada por supersticiones, o una
sonrisa frente a la muerte cierta… es tan sencillo el azul aun corrompido por
unos labios que piensan cuando besan…
© Juan Carlos Saceda
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