Subdividido
en tantas letras
como tiene el abecedario,
pude ser cualquier palabra
que
contenga un diccionario,
elegí amor
y el odio me miró envidiado,
los hombres
no
me entendían,
las mujeres
aunque si lo hacían
me temían,
a ver si va a ser
verdad
que existe el amor
en algún lado,
decían
y los que llevan mi sangre,
como si me hubiese transparentado,
hacían que no me veían
cuando me tenían al
lado,
fui triste mucho tiempo,
y aun lo soy,
estoy dañado.
© Juan
Carlos Saceda
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