Fue bonito conoceros
cuando aún no la conocía,
una escusa perfecta
para corroborar la belleza
y cerca sentirla,
dejarme absorber
y respirar armonía,
bañarme en sencillez
y dar sentido a mi vida,
todo es nada,
absoluta compañía,
aperitivo y pausa,
brindis de ojos claros,
momento único,
existencia onírica,
cómplices de un amor
que todos querrían,
cuando las miradas hablan
no hay barreras que lo impidan
…
Eternamente agradecido
por vuestro calor,
os considero mi familia.
© Juan Carlos Saceda
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