Ahora
si que te siento mía: en este momento que no estás tu ausencia me acompaña
otoñando un verano que aún fluctúa con el rigor del calor de tu cuerpo, dorado
por el sol y repleto de transparencia hacia mí… abarcándome con la inmensidad
de ese no estar que te hace presente… constante en tu falta acompañada de ti,
sintiéndote en ella y en la brisa del aliento de tu boca al pensarme.
Soy
tú y la dualidad que me define te mantiene viva a mi lado; sin relajo,
ocupándome por completo; doliente por la fuerza de Esto que hemos creado con
tanto sentimiento y pasión, necesitados el uno del otro y, ya, imposible de
disociar de nosotros.
© Juan Carlos Saceda
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