Siempre llueve
para escampar…
incluso después del diluvio
el sol salió
iluminó el desastre
con su sonrisa
y a todos contagió
y en lágrimas de temor
por sinuosos meandros
el agua huyó
hasta un remanso tranquilo
donde se baña el sol
…
agua tú eres,
yo soy sol.
© Juan Carlos Saceda
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