-Si besas
tan bien como escribes debe ser un placer leer tus labios
-tendrás
que esperar para saberlo es un idioma muy complicado
–no me
importa si puedo practicar, no hay lengua que se me resista, soy experta en grandes
diálogos…
Me desnudó
sin prisa, hablábamos pausado, un botón una sonrisa, otro botón: uñas,
falanges, carpo y metacarpo… dentro la mano.
-de qué
dices que quieres que hablemos???
-deja al
silencio que hable, tú sigue besando
y habló el
silencio con los roces de la ropa en el reverso de la mano y sonrieron las
caricias y jadearon los espasmos y charla que te charla, sin parar de callar,
continuamos hablando.
© Juan Carlos Saceda
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