Hubo una
época en la que sólo existía la posibilidad de la existencia, todos eran
felices porque la felicidad es eso: ser tu mismo a jornada completa, entonces
nacieron la fe y las leyes y los disfraces que ocultan nuestra verdadera
naturaleza… y todo esto para darle sentido a la incongruencia y empezaron las
guerras que justifican las creencias…
© Juan Carlos Saceda
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