Cultivo las letras inspirado por la belleza y en ellas me sumerjo para buscarte; desde allí te hablo con la certeza de no resultar inmune a tu corazón que se acompasa con mi latir trayéndote hasta mí. Grita fuerte para que oiga tu pensar, piensa intenso para que escuche tu sentir.



lunes, 24 de febrero de 2014

Era


Escribir en la cabeza, en el interior de mi cerebro era fácil, yo ya tenía varios libros acabados de cientos de páginas, miles de palabras, millones de letras, una infinitud de signos ortográficos, incluso con la entonación precisa para cada expresión, la mirada, el abatimiento, la sonrisa, el descontento, el latido exacto del corazón… era un escritor de sensaciones sobre el lienzo etéreo de una imagen difusa, un escriba analfabeto, sin tinta, sin pluma, pero tenía musa.

© Juan Carlos Saceda

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