Cultivo las letras inspirado por la belleza y en ellas me sumerjo para buscarte; desde allí te hablo con la certeza de no resultar inmune a tu corazón que se acompasa con mi latir trayéndote hasta mí. Grita fuerte para que oiga tu pensar, piensa intenso para que escuche tu sentir.



miércoles, 29 de febrero de 2012

Llévame




lluvia y sol conviven
en tu cobijo anegado
cabaña,
cueva,
refugio,
manto de tierra ausente,
hierba seca
que el fuego muerde
lacerando la vida
sierva de la muerte,
en ti me escondo
buscando amparo
en una esquina del corazón,
llévame,
hazme fuerte
sin ti no existo
si no existo tú mueres.

© Juan Carlos Saceda

Mí hijo




Hoy quiero rendir tributo a una de las personas que más quiero en este mundo, casi nunca hablo de él, pero siempre está en mi mente y muchas veces disfruto de su compañía en carne y hueso y me lo como a besos… me ha tocado ser su padre, pero también soy su amigo y su cómplice aunque a veces esta conjunción sea complicada de asumir. Le dejo que me enseñe su belleza de visión del mundo, artificial, pero sin artificios, clara, noble, divertida… me recuerda mucho a mí cuando tenia su edad y le comprendo con el peligro que lleva esa comprensión para un padre que sabe que la vida es lo contrario de lo que debía ser y que tiene que hacérselo ver… él lo sabe y aunque a veces no me entiende muy bien me respeta y asume dócil clavándose aún más en mi corazón, donde le llevo y le llevaré hasta después de mi muerte.
Va por ti hijo y por tu madre que te ha hecho tan bonito como ella…


© Juan Carlos Saceda

martes, 28 de febrero de 2012

El otro Yo




Deseo con amor
deseo sin amor,

deseo de amar
lo que deseas
sin saber que lo amas
mucho antes de desearlo;

deseo dividido por dos,
con el resultado alterado
que lejos de ser mitad
es por dos multiplicado;

deseo no deseado
imposible de evitar
el inconsciente no admite engaños


Y sin desear deseo
y sin amar amo,
multiplique o divida,
sabiendo o sin saber
mi otro yo
lo tiene claro.

© Juan Carlos Saceda
Imagen: “El péndulo del deseo” Autor: Alex Stevenson Díaz

Cosmopolita como la Luna




Se fue con los besos que le tenía que haber dado, se me escapó sin besarla y aun así se los llevó, dejándome con la dulzura de un sabor tan extraño y agradable, como un sueño que sin vivir vives y sientes que hubiera pasado.… un beso no besado que se guarda de fianza para asegurar la vuelta con el deseo de recuperarlo.


Se rompió el hielo que la frialdad de la razón había impuesto a un corazón oprimido de  pasión, que unas manos poderosas atraparon en un vuelo de libertad, por el cielo, a ras del suelo, queriendo vivir más, salir del agujero, dejar correr la sangre, a rio revuelto, por pendientes de vértigo, con meandros sinuosos y cascadas de desenfreno.
Rebobiné la imagen en mi cerebro apoyado por el archivo grabado a través de las cámaras de seguridad, escuchando los diálogos que no se hablaron pero fueron dichos, que no se oyeron pero su eco rebotaba sin fin en las paredes del recuerdo; visualizando las palabras en viñetas colapsadas en mis oídos, puerta lateral de mi cerebro…

-Me gustas como nadie, te besaría pero nos están viendo…

-Vale… no me beses pero llévate mi beso y cuando estés a solas dátelo tú, tengo más, vuelve a por ellos…

-Volveré sin llegar a irme, tu aroma me excita el hambre, tus labios son un manjar, necesito tu alimento…

Lo escribí una y mil veces, me quedé sin papel, lo anoté en las paredes, en el techo, en los suelos, lo tatué en mi piel; revolcándome en la pradera quedó escrito en los pétalos, y en la tierra, y en los vientos… lo leyó el sol, lo leyeron los cielos, los que no sabían leer también lo hicieron… ¡grafiti omnipresente concédeme el deseo, haz que vuelva y se sacie, tiene hambre “da de comer al hambriento”!

© Juan Carlos Saceda

lunes, 27 de febrero de 2012

Sin voz





Con el verbo mudo hablé

y no se oía,

grité sordas palabras

sin escucha

por no dichas,

callé la boca chillando

la garganta me rompía

afónico vocear

pregón sereno

...

sereno vigía.

© Juan Carlos Saceda
Imagen: “El grito del fuego” Autor: Etapa Ginard

Saber vivir




Podría coger
desprevenido 
al tiempo,
y robarle 
ese momento
que no llega,
descontarlo
de la posibilidad,
hacerlo cierto,
imbuirme
en su brisa
de ilusión,
cumplir mi sueño
estando en vela,
desvestirme
de la incertidumbre,
ponerme el traje
del saber vivir,
sin cuestionarme
lo que sea, sea.

© Juan Carlos Saceda

Cicatriz




En la base del pilar
que soporta mi frialdad
esta la infancia incomprendida
y la falta de respeto a un igual
que asusta por dudar,
de verdades
que ya están establecidas,
burlas en muecas de desdén
reír con risas escondidas
imperar por ausencia de razón
por haber sido así
toda la vida
La herida no encuentra cicatriz
tampoco sangra
ni supura
sin cerrar se mantiene
abierta en vida.


© Juan Carlos Saceda

Ajeno devenir




Mientras ajeno a mi propio devenir
por esta vida camino,
con las virutas
de un pasado no elegido
se construye
la fatalidad de mi destino
antes de nacer
tenía un ayer,
antes de morir
tuve un futuro
ahora,
no se lo que tengo,
sólo sé que puedo ser
sin mi control ,
lo tiene el sino
ayer viví 
lo que hoy soy
mañana seré 
lo que hoy vivo.


© Juan Carlos Saceda