Tenía una marca en el rostro que a nadie pasaba inadvertida, no era una
señal física como una cicatriz o un tatuaje, más bien se trataba de una mueca o
quizá era un gesto, no tampoco era eso; ¿cómo definirlo?... Se le notaba en la
mirada, si eso es, la huella estaba en sus ojos, en como me miraba, penetrando en
mi interior, desnudándome por dentro, hipnotizando mi voluntad, apropiándose de
mi ser… una marca sin rastro pero que arrastraba hasta él y le hacia
imprescindible, adictivo, insustituible…
Se instalaba en mi cerebro dominando los recuerdos y la voluntad de mi
cuerpo con unos hilos invisibles, pero tan fuertes como el amor que destilaba en
mi presencia…
Que bonita esa sensación que te permite saberte pensada por la persona que
esta en tu pensamiento y que te abarca cuando te piensa obnubilándote con su
embeleso…
© Juan Carlos Saceda
Imagen: “Primavero” Autora: Jasmin Mazzeti
Ufff, sensaciones!!!
ResponderEliminarSaludos
Siempre sintiendo...
EliminarSaludos!