Te acunas en mí,
ojos cerrados,
labios también
aunque,
un poco abiertos,
dejando caer tu peso
al abandono en mi pecho,
calor con calor,
grita el deseo,
con las yemas de los dedos
dibujo la caricia en tu piel
dejándome acariciar
bendito tacto,
aterciopelado hablar,
loado sentir,
hablan los corazones
latidos de amor,
de fortuna por vivir
de dar vida
de recibir
de estar juntos
de poder querernos
…
siempre en silencio.
© Juan Carlos Saceda
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