En un mirador al vacío,
en el que todo cabe,
la vista abarca el infinito,
el de cerca,
el de lejos,
el que los sueños habita
el que nunca muere
el que nunca resucita
…
el solape del faldón
que viste el tiempo
me oculta debajo
entre las piernas
sedadas de negro
y el sexo maldito,
me observa enloquecer
fugitivo de quietudes
embarrando las baldosas
del recuerdo marchito.
© Juan Carlos Saceda
Sublime!!!
ResponderEliminarSaludos.
Agradecido!!!
EliminarSaludos!