Cultivo las letras inspirado por la belleza y en ellas me sumerjo para buscarte; desde allí te hablo con la certeza de no resultar inmune a tu corazón que se acompasa con mi latir trayéndote hasta mí. Grita fuerte para que oiga tu pensar, piensa intenso para que escuche tu sentir.



jueves, 9 de enero de 2014

Arpegio


Igual que en cualquier sistema de medida, sus limites eran indefinidos e infinitos; se podía disminuir hasta más allá de cualquier final que una mente humana pudiera imaginar, existiendo sólo en su propio recuerdo y habitando en la galaxia formada por una molécula de polvo que viaja en el viento, allí era más fácil pensar, la ausencia de gravedad liberaba la opresión de las neuronas que se ensanchaban como esponjas desatascando los bucles de las conexiones nerviosas, licuando la solidez de las ideas que fluían por meandros de altas paredes calizas salteadas de nidos que son vida en un enjambre de vidas…

© Juan Carlos Saceda

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