Eran sus
silencios
los que me
hundían
en una
desesperación insoportable,
en un constante
sin vivir,
en un no poder
morir,
en una agonía
interminable
.
.
.
Era su alma
marchita,
era su corazón
reseco,
era su amor
flagelante
.
.
.
Eran sus
silencios,
era su forma de
hablarme.
anjù
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