Puede que fuera dios quien conocí aquel día, pero vestía de mujer, se puso
un dedo en los labios y nunca más volví a decir palabra que se pueda entender, también puede que fuera una diabla con el idioma al revés y por si hubiera
dudas no era una virgen, eso si que lo sé.
anjù
Poderoso embrujo de mujer...
ResponderEliminarMe ha encantado.
Abrazo!!
Un abrazo Raquel... Me alegra verte por aquí...
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