Cuando vi sus pies por primera vez casi muero de la emoción, se quitó las zapatillas de ballet y el mundo empezó a dar vueltas a mi alrededor, tocarlos fue la locura, entró por mis manos y jamás salió. Debió notarlo no pude disimular, debió gustarle se dejó llevar y recorrimos juntos el mundo que ya nunca paró de girar.
anjù
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