Entre afeites,
aceites,
esencias,
tenue luz encerada,
sabanas de deseo,
ausencia de almohada,
la intención en el ambiente,
las horas petrificadas,
tú, el deleite y yo
juntos en la misma sala
…
coctel incipiente de amor,
explosión descontrolada,
sin daños colaterales,
ni perdidas,
ni bajas,
lucha de placer sin tregua,
sin fatiga,
sin desgana,
todo y nada entre tú y yo,
pobreza y abundancia
con una marca indeleble
en el espacio que nos separa.
© Juan Carlos Saceda
Perfecto cóctel, si es bueno el barman.
ResponderEliminarSaludos
Un buen barman hace maravillas con estos ingredientes...
EliminarSaludos!