Acabo de regresar del plano neutro de mi
vida. Existe en él un equilibrio perfecto entre dos opuestos que se acarician
con sus labios manteniendo la perfección de la línea divisoria con sus propios
cuerpos, dominándose el uno al otro con proporciones simétricas y dispares en
las que la disimilitudes no existen.
He venido a por ti para llevarte hasta
allí y equilibrar la consonancia de nuestras diferencias, para poder ser tu
complemento, tu necesidad, tu descanso, una sonrisa en tu desespero, una
esperanza en tu desencanto...
© Juan Carlos Saceda
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