Siento entorpecer tus momentos
lamento mi nublada existencia,
quisiera desaparecer
pero la cobardía
pinchó mis ruedas
y me arrastro
en el lodazal
de mi propia miseria
torturando mi vida
encallando en los escollos
que genera el amor puro
en una mente cautiva
en las mazmorras
de tu cueva
…
Dentro de mí
habita la desesperanza
que mi ego doblega,
golpes secos
sin dolor
del que los asesta
descubren mi debilidad
sin una pata la dejan
y así me siento,
¡cojo!
…
de pura flaqueza.
© Juan Carlos Saceda
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