Te sueño despierto,
te vivo dormido
y en ese estado
que me traslada
más allá de lo posible
te intuyo mía,
¿lo eres?
Yo soy tuyo,
acéptame,
doy poca guerra,
dejo vivir,
mi entrega es eterna,
soy amor puro,
te seguiré amando
si no me quieres
y si lo haces
me sentiré un dios
…
el Dios del mundo.
© Juan Carlos Saceda
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