Murió el mundo
un día en silencio,
se abrió en pedazos
se resquebrajó por dentro,
nadie podía comer,
ni beber,
hasta la muerte
se fue a buscar vida
lejos de aquel infierno,
pero quedó el amor,
latente siempre
en un dormir despierto,
y en el alba
de un corazón
que yacía macilento
abrió los ojos,
miró al sol los cabellos
y cosió del dolor
las grietas
con bordados reflejos,
croché de oro
vistió el difunto,
enamoró a la luna
resucitó en el cielo
…
el mundo enamorado
vive de nuevo.
© Juan Carlos Saceda
Escultura: “La tierra y la Luna” Autor: Auguste Rodin
wowwwww, que bonito Juan C.
ResponderEliminareso es resurgir y lo demás son tonterías.
Me encanta leerte de nuevo :)
Un abrazo
Gracias Pury, me ha pedido tanta gente que me quede que me paracia egoista irme...
EliminarUn abrazo!
Jaque Mate, así me dejaste...
ResponderEliminarPodría decirte "Touché" pero eso lo
consigues muchas veces, aunque no te lo diga.
Gracias por resurgir como el Ave Fénix
mi enhorabuena Juan Carlos.
Un beso enorme.
Muy agradecido con tus comentarios, Musa... me dices cosas muy bonitas!
EliminarUn enorme beso!