Me arropo contigo,
tu sudor me baña
y alimenta mi hambre
sin saciarme las ganas
de seguir dormido
y nunca despertarme,
…
iluminarme de ti
las negras oscuridades
que huyen
al verte a mi lado
feliz y radiante;
escudo protector
de francas debilidades
que me tientan
con desnudos,
y exquisitos manjares.
© Juan Carlos Saceda
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