Esa mirada tuya
no me habla,
se abalanza sobre mí
y sin desnudarme
me devora de pura ansia,
desafiando las distancias,
marcando pautas
indelebles e invisibles,
sólo el fuego
puede vislumbrarlas,
ardiendo en ellas,
blandiendo salvajes
las llamas negras
de la noche sin luna,
noche cerrada,
paraíso de cuerpos
que se aman
al resguardo de la luz
que sus cuerpos emanan
…
las sombras bailan.
© Juan Carlos Saceda
Fotografia: Baile de sombras. Miguel Menassa.
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