Esta historia,
tan real como yo mismo
y tan incierta
como mi propia persona,
sucedió
sin acontecer en el mundo,
el único que la conoce
soy yo,
nadie puede imaginar
que exista
y así subsiste
conmigo sola,
no quiere destacar,
ni estar en bocas
que cantan coplas,
me acompaña,
duerme a mi lado,
sabe mis penas,
me consuela,
conmigo está feliz,
es la madre
de las historias.
© Juan Carlos Saceda
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