Mi propia debilidad
me hizo tan fuerte
que me doy miedo
y aún huyo
de mi propio encuentro,
y este temor me agranda
me suelta la lengua,
temor al miedo,
…
crezco sin control
y a la altura del techo
miro a mi alrededor,
me gusta lo que veo,
me paro a disfrutar
de la luna,
de la noche,
de tus rubios cabellos
que limitan tu figura
junto a un vestido negro,
las sombras se aman sin luz,
tú y yo,
eternos reflejos.
© Juan Carlos Saceda
Es precioso, me encanta, "aún huyo de mi propio encuentro", destaco esos versos, son los que más me han llegado.
ResponderEliminarGracias Magui, Me alegro muchisimo de verte por este blog, una sorpresa totalmente inesperada...
ResponderEliminar