Te vas sin marchar de mí, te llama el frío y con el
corazón caliente, caldeado junto al mío partes sin otras ropas que yo mismo,
soy tu abrigo…
Con el alma dolida te digo adiós pero no me despido, la
distancia entre tú y yo no existe y tampoco el olvido, desaparecieron un día
desintegrados por un amor como nunca fue conocido, y nunca más volverán donde
no les es permitido.
Te vas sin marchar de mí,
te llama el frío
y con el corazón caliente,
caldeado junto al mío
partes sin otras ropas
que yo mismo,
soy tu abrigo…
Con el alma dolida
te digo adiós
pero no me despido,
la distancia entre tú y yo
no existe
y tampoco el olvido,
desaparecieron un día
desintegrados por un amor
como nunca fue conocido,
y nunca más volverán
donde no les es permitido.
© Juan Carlos Saceda
Me encanta.
ResponderEliminarGracias María!!! Me alegra que te guste... Un abrazo!
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