Me guiñas un ojo, sonríes, me acaricias un poco y te vas,
me quedo atado a mi conciencia y me revuelvo por dentro, ingenuidad, inmadurez,
ilusión… tres piedras tres tropiezos y vuelta a tropezar. ¿Qué hacer cuando el
camino es más estrecho que el obstáculo? ¡Ya se! Paseo el obstáculo y abandono
el camino, ahora conozco la sensación de que tienen las piedras con las que
tropiezo, ya son mías, he vencido.
© Juan Carlos Saceda
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