Buenos días Noche,
al comenzar la mañana
te quedas conmigo
y me acompañas el resto del día
hasta que eres de todos,
tanto me amas
que me ahogas
con el arropo
de tu opacidad
y la ausencia de sol en mi vida
me mantiene lívida el alma,
y el corazón se me deshace
fluyendo por las venas,
aquí en el camposanto
de tu abrigo soy tú,
yo no existo
y esas flores
que pones a mis pies,
son para conmemorar
mi marchita muerte
de ti envenenada.
al comenzar la mañana
te quedas conmigo
y me acompañas el resto del día
hasta que eres de todos,
tanto me amas
que me ahogas
con el arropo
de tu opacidad
y la ausencia de sol en mi vida
me mantiene lívida el alma,
y el corazón se me deshace
fluyendo por las venas,
aquí en el camposanto
de tu abrigo soy tú,
yo no existo
y esas flores
que pones a mis pies,
son para conmemorar
mi marchita muerte
de ti envenenada.
© Juan Carlos Saceda
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