Tarde nublada
del otoño de mi vida
estancado en la corriente
de tus aguas;
tormenta desafiante y celosa
por temor a una pérdida imposible;
truenos, rayos y ventiscas,
ensordecen, deslumbran y desestabilizan
la quietud de un encuentro
pactado por el deseo,
por la necesidad
de amarnos en directo,
sin guiones ni apuntadores
escondidos en la concha
del escenario de nuestro mar,
encrespado y salvaje,
con espuma de rabia fiera
en las olas
de la gruta que conforman
…
tú y yo,
desnudos de pudor,
vestidos de caricias,
excitados por el atrezo,
flotamos inmunes
a las inclemencias del temporal.
desnudos de pudor,
vestidos de caricias,
excitados por el atrezo,
flotamos inmunes
a las inclemencias del temporal.
© Juan Carlos Saceda
Toda tormenta desestabiliza y a la par, funde en abrazos llenos de caricias de inspiración.
ResponderEliminarBesos
Y enciende la mecha del deseo más salvaje...
EliminarBesos!