Querías que te mirara, y harta ya de seducir mi
indiferencia me dijiste un frio adiós, ahí te quedas, y aquí estoy penando mi
soledad y remendando los desgarros de mi recosido ego; hiciste bien en
despedirte, tu inteligencia me supera…
Me duele todo mi ser por ser así, de esta manera,
© Juan Carlos Saceda
El caso es sufrir... Cualquier excusa es buena; pero con la excusa del desamor, además, llamamos la atención...
ResponderEliminarHay tantos motivos para ser felices y tantas cosas verdaderamente bellas que idolatrar, que el apego al masoquismo romántico resulta ya empalagoso, además de pertenecer a un paradigma agotado que ya colapsa.
Viva la alegría, la serenidad, el sagrado amor REAL y las cosas lindas de la vida. Los mártires, que se queden en la edad media que ya termina!!!
Sa-luz y lucidez a tutti ;D
Hay que ver... contigo no puede uno ponerse melancólico... :)
ResponderEliminarGracias por tus consejos de animo y gracias por leer lo que escribo.
Un abrazo !
La melancolía es la tristeza del día a día, pero de vez en cuando hay que darla una tregua y encontrar la "alegrocolía".
ResponderEliminar