Acabo de llorar la ultima lágrima que me quedaba sobre
las aguas del Rin, una lágrima sólida que me arañaba el alma desde antes de
nacer, sabía de su existencia y la guardaba para mi epitafio que también he
escrito esta noche en las ondas que reverberan sin descanso buscando las
márgenes tranquilas de mi llanto, mudo y seco, vacío y enmascarado; nunca volveré... requiescat in pace.
© Juan Carlos Saceda
Vamos Juan Carlos vuelve, acabo de conocerte y escribes de maravilla, no nos deje huèrfano.
ResponderEliminarEl poema suena a despedida.
espero seguir leyèndote, un fuerte abrazo.
fus
Es una despedida a la tristeza de los malos recuerdos... Podrás seguir leyendome... Muchas gracias!!!
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