Estoy maldito por mi condición humana y por querer serlo
aun más en esta sociedad absurda de falsedades y mentiras triunfantes, que se
convierten en verdades por todos asentidas; quizá sea miedo lo que sienten los
mezquinos y retorcidos que sólo piensan en si mismos y disfrazan sus palabras
de una humanidad fingida maquillada de compañerismo; se esconden detrás de mi
sombra para observar mis movimientos y callan agazapados, esquivando mi
dialéctica, ellos no tienen es la misma que una vez han oído y la repiten sin
cesar apropiándose de ella, les da igual el daño, el dolor, el sin sentido.
Me oculté de su influjo y me rodearon con halagos, con guiños,
con sonrisas de complicidad que trabajaban desde el infierno que les consume;
ahora que me muestro público se ocultan ellos, me esquivan, no me conocen soy
un maldito…
© Juan Carlos Saceda
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