Te miro trabajar
sentada a mi lado,
a través de tu melena
diviso un perfil blanco
con matices nacarados,
el de una diosa que venero,
idolatro
y amo tanto,
que es la envidia
de afrodita,
de venus,
y otras deidades
de olimpos,
mares,
cielos,
nieves
y pensamientos enamorados
…
Me miras,
disimulo,
como si no te estuviera observando,
se me escapa una sonrisa
que te informa
lo que tengo reservado,
sonríes y me besas
con tus labios
en mis labios,
diciéndonos a la vez
te amo amore,
te amo…
© Juan Carlos Saceda
Que bonito resulta sentirse tan amado, con los sentimientos tan explicitos e intensos que siempre reflejas en tus poesías.
ResponderEliminar¡Gracias Ana! Aunque a veces pienso que soy un poco bruto amando...
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