Tu música iluminó una noche
en la que la luna no estaba,
por cada nota que nacía
una estrella despertaba,
poblando la sala de una luz
que podía ser escuchada,
por los oídos de la mente
allí quedaba instalada;
el tiempo se llegó a parar
embrujado por tu magia
convirtiendo en intemporal
cada tema que sonaba,
y confundiendo el ayer
con el hoy y el mañana…
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