Paseo mi cuerpo,
saco a caminar mi alma,
ando paso a paso
por una senda arañada,
con la lluvia de mis ojos
tan opacos que no ven nada;
tantos años mirando fijo
a la sombra que me acompaña
y si la veo sin mí cercano
no consigo identificarla;
si no conozco mi reflejo
y en la imagen de mi espejo
veo una persona extraña;
¿cómo voy a saber de ti
que ni te interesa mi palabra?
Cuando mi rabia grita
y no consigo la calma
pienso en dejarlo todo,
y encerrarme en el agujero
del que me sacó tu mirada
confundida por una imagen:
el espejismo de mi fachada…
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