Todo o nada: una constante que me persigue convertida en la rémora de mi existencia; no hay termino medio, tanto si soy yo el ejecutor como si ejerzo de sujeto pasivo, siempre estoy situado en uno de los dos extremos y sobrepasando los limites que tan pocos se atreven a pisar.
Cuando me miras a los ojos y sonríes a mi mirada, ya nunca puedes escapar, el vértigo te arrastra con una fuerza imposible de dominar…
Lo prohibido me atrae con su llamada insinuante y sensual, conoce la debilidad de mi carne y juega conmigo a tentarme la moral.
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